Bon Iver

Señores, les cuento que mi nombre en este Blog será de Exequiel Plaza, que no es mi nombre real, pero creo que hacer revisiones de discos con mi nombre y mi profesión real rallaría en lo Barsa.

Bueno, pero a lo que nos convoca, Bon Iver, este es un cantautor llamado Justin Vernon, que después de que el grupo en el que había invertido 10 años de su vida se separara, terminara con su polola de muchos años, y tener tan poca plata como para seguir durmiendo en el sillón de su ex, le diagnosticaron una enfermedad de real cuidado en el hígado (mononucleosis hepática), hizo que decidiera irse a vivir a una cabaña de su padre en Wisconsin, Sin mas que las visitas ocasionales de su único amigo, y la de su padre que le iba a dejar Frutas y Cerveza, estaba solo, solo con su enfermedad, y solo con su tristeza. En ese momento hizo lo que muchos de nosotros hemos echo, se puso a ver una serie, llamada “Doctora de Alaska”. En un capitulo de mucha nieve, la protagonista sale de del Hospital en el que trabaja y dice ”Bon Hiver”, que en francés significa “buen invierno”, Justin pensó “Que buen nombre para una banda”, pero el problema es que “Hiver” (Invierno), le provocaba una detestable cercanía con la palabra “Liver” (Hígado), que es el órgano donde tenia su enfermedad.

Cuento corto, en menos de un mes, Con un micrófono SM-57, Shure, una guitarra acústica, y partes de la batería de su hermano grabo una serie de canciones que el pensó como un demo, y que al final se convertirían en “For Emma, Forever Ago”, del cual se destacan canciones como “Skinny Love”, y “Re: Stack” (Canción que salió en la serie House M.D.),. El disco fue mas que un éxito, y lo llevo a hacer una gira mundial, que por supuesto no incluyo Chile.

Un receso de poco menos de un año, tratando de no repetir los procesos y haciendo a Bon Iver una banda con mas de 10 integrantes, saca el disco “Bon Iver” (Homónimo), que nos lleva a sentir el frió de Wisconsin.

Saxos, trombón, corno, trompeta, 2 baterías, teclados, 2 guitarras, un bajo y un violín es lo que es ahora “Bon Iver”, después de ser “Un SM-57, Una guitarra acústica y partes de la batería de el hermano”. El disco mantiene la melancolía en las composiciones, las voces con mucho falsete y muy débiles, al igual que el disco anterior, pero con todos los elementos ya mencionados, y la maravillosa “Afinación Abierta en Re” y las guitarras tocadas por las yemas de los dedos, que ocupan las guitarras de Bon Iver dan una sonoridad muy cálida, las baterías un trabajo de reloj, y los bronces que uno tiende a asociar a sonoras de cumbia, acá hacen que suene como un melancólico colchón sonoro.

En resumen Bon Iver nos enseña a crear sin tener miedo, a no querer auto plagiarse, y a re inventarse de una manera casi exagerada, pero con un fruto que nos deja perplejos.

Exequiel Plaza.